lunes, 26 de octubre de 2009

pulseras de dijes

pulseras de dijes


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La mayoría de las niñas tienen un mejor amigo de crecimiento. Por supuesto, tienen más amigos, pero ninguno de ellos bastante en comparación con su único y mejor amigo. ¿Te acuerdas de tu infancia mejor amigo? El mío era de Ava. Vivió sólo tres puertas de mi casa y nos hicimos amigos desde el día en que se trasladaron a nuestra calle. No fue sino hasta un par de meses más tarde, sin embargo, que se convirtieron en los mejores amigos. Recuerdo el día en que intensificar nuestra amistad de "amigos" a los 'mejores amigos', porque era el día en que intercambian pulseras de dijes con los demás.

Nuestras pulseras de dijes eran el símbolo para nosotros y para todos nuestros otros amigos que eran dos de una clase. Todavía le gustaba jugar con otros niños en el barrio, pero siempre sería Ava y que cenaba en las casas de otros, o pasaron la noche juntos los viernes. Cada noche, antes de que nos separamos cuando habíamos planeado para satisfacer a la mañana siguiente. Nuestros días estaban llenos de hora después de la hora de explorar, jugar a las casitas, jugando con muñecas, juegos de pelota y tener con nuestros otros amigos. El verano Ava se trasladó a mi barrio y nos convertimos en mejores amigos que nos veíamos todos los días.

Nuestras pulseras de dijes eran grandes porque nos mantuvo conectado aun cuando no podía pasar cada hora de cada día juntos. En la escuela que caen Ava y me pusieron en clases separadas, así que sólo se podían ver en la hora del almuerzo y en el patio. Uno de los primer día de escuela Ava y yo intercambiamos una de las pulseras de dijes de nuestro encanto para que pudiéramos recordar unos a otros durante todo el día.

Cuando mi familia y yo nos fuimos de vacaciones a California a finales de ese año me despedí de Ava en su porche. Pero le prometí que le traería algo especial en la espalda para nuestros pulseras de dijes. Por alguna razón, esa promesa fue suficiente para que los diez días que estuvimos separados - el más largo que habíamos estado separados desde que nos convertimos en los mejores amigos - más soportable. Tan pronto como regresó de su viaje, corrí hasta su casa y le dio el encanto especial que yo había elegido para hacer nuestro mejor amigo encanto pulseras aún más completo.

En los años siguientes, Ava y me llenó nuestras pulseras de dijes con encanto tantas nuevas, que llegó un día en que nuestras pulseras de dijes no encajaría nada nuevo en ellos. Fue un día muy triste el día que nos llena nuestras pulseras de dijes. Fue un día aún más triste cuando la familia de Ava alejado de derecho de minas después de que se graduó de secundaria. Nos separamos con la promesa de llevar nuestro encanto pulseras de todos los días hasta que se reunió de nuevo.

Y aunque no he visto a Ava desde el día en que se movió y el encanto pulseras que compartimos se convirtió rápidamente en una cosa del pasado, creo que cada niño debe tener un mejor amigo y el
pulseras de dijes para probarlo.